Por Juan Ordóñez

Respetar significa, reconocer, reconocer que alguien está ahí, que es como es y que es justo como sea que es. Al hacer esto, te respetas a ti mismo(a), pues respetas que estas aquí, que eres como eres y que eres justo como tienes que ser en este momento.

Así renuncias a formarte una imagen o expectativa de cómo deberías ser, unos u otros, evitando el juicio sobre lo que sería mejor. Tu manifestación física no se verá alterada por una predisposición, o sea una imagen preconcebida entre tú y la «realidad».

En el ámbito laboral, esto es de máxima ayuda, pues a menos que trabajes por tu cuenta, la relación laboral será sólo contigo mismo(a) y aún así, tienes que interactuar con otros.

Algo que  aunque no parezca, también forma parte del respeto y es reconocer lo que estoy viviendo. Este reconocimiento se traduce en amor por lo que estás haciendo y/o viviendo, que a su vez se refiere a amor por ti. Esto nos da una paz y armonía en el equipo, pues si me amo a mí mismo tal como soy; amo al otro tal como es; y amo la manera en que somos diferentes, amo (reconozco) lo que hay y lo acepto. Recuerda, no es conformismo, vamos momento a momento.

Si ves, aquí surge la felicidad total.

La felicidad, tiene entre sus principales ingredientes, al respeto. Un respeto que marca límites saludables que impiden penetrar en el otro y tampoco permiten que el otro penetre en mí, esto disuelve la manipulación, la imposición, nos permite ser. Nos respetamos sin pretender nada el uno del otro, lo que nos lleva a un mejor desempeño.

De lo contrario si nos necesitamos y/o pretendemos algo el uno del otro, o sea generamos codependencia, estaríamos bloqueando nuestra evolución y la de la otra persona. Cuando hay respeto nos unimos o separamos. Es más fácil aceptar que cada uno pueda y/o tenga que seguir su propio camino.

El amor y la alegría mutua profundizan, nos hacer reconocer, reconocernos en los ojos de los demás, y eso es respetar. El respeto es la base de cualquier relación y su práctica, nos lleva a la perfección. Así que practica el respeto, comienza por ti.

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