No eres el padre, la madre, el hijo, la hija, el alumno, la alumna, el maestro, la maestra, el amigo, la amiga, el lector, la lectora, el escritor, la escritora, etc, todos esos son roles identificados por tu ego y validados por tu entorno, de manera externa, superficial y fuera de contexto. Tu ego es miedoso porque lo que conoce es que las cosas terminan y mueren, el ve el exterior, no fue diseñado para ver internamente, tu espíritu sí, y cuando le das permiso de tomar control, él abraza a tu ego y lo hace sentir seguro, sin miedo, y como en las películas románticas, el amor triunfa.

Amarnos a nosotros mismos significa vivir en presencia consciente cada momento, con gratitud, humildad y aceptación. Sabiendo sin resquicio de duda que todo lo que te rodea también eres tú, cuando aceptas ese amor, eres consciente de tus ojos viendo, tus oídos escuchando, tu piel sintiendo, tu mente pensando, pensando y pensando de manera seductiva, pero con la diferencia de que no te identificas con los pensamientos, sino con la consciencia de ellos, y esa consciencia es amor, y ese amor eres tú.

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