Por Juan Ordóñez

Uno de los principales detonantes del estrás hoy en día es la crisis financiera, que sigue expandiendo el miedo y la sensación de impotencia, pero como buenos mexicanos, algunos recurrimos al humor como vía de escape.

Según los psicólogos, en tiempos de crisis, cualquier crisis, el humor puede convertirse en una manera vital de expresar frustraciones ante una situación desconcertante. «El humor es un mecanismo psicológico de respuesta que nos ayuda a sobrellevar dificultades», explican algunos psicólogos. «Ayuda particularmente con las dificultades sobre las que no podemos hacer nada o que no podemos resolver».

Así que tal vez no hay que sorprenderse de que la crisis financiera actual haya inspirado un rico flujo de material humorístico. Las bromas proliferan en las oficinas, en los blogs y en los chats de internet. Hace tiempo que los médicos sugieren que el humor aporta beneficios de salud tangibles.

Las reflexiones acerca de esto nos llevan a preguntarnos, ¿Es este un caso de lo que los alemanes llamarían «schandefreude», o alegría del sufrimiento ajeno? ¿Nos estamos alegrando de las desgracias de quienes son más ricos que la mayoría de nosotros? ¿Supone la risa una crueldad ante el sufrimiento de aquellos que han perdido su trabajo o su fortuna?

Creo que no. La lógica es la primera forma de sobrellevar una dificultad. Y cuando eso falla, el mecanismo de defensa pasa del lado izquierdo del cerebro, el más racional, al derecho, el más creativo. Así que parece que la moraleja viene a ser algo así como, si no puedes explicarlo, ríete de ello.

Hay de bromas a bromas. Los cómicos mexicanos no sólo piensan que el tema de la crisis es una fuente natural de chistes, sino que además está es alimentada por la jerga financiera.

«Si alguien te dice: ‘lo lamento mucho pero las obligaciones de deuda colateral que estaban aseguradas como parte de nuestro programa de mejoras de riesgo, ha resultado en un problema de capitalización que afecta a nuestra capacidad de recursos humanos’, y claramente lo que te quieren decir es: ‘estás despedido'».

Hay no obstante, algunas normas que el humorista debería tener en cuenta, como marcar la diferencia entre el tema de la broma y la persona-objeto del chiste.

También hay una necesidad psicológica, ya que las bromas pueden ser beneficiosas para quien las dice. Al bromear, se realiza un proceso mental y te hace pensar que has hecho algo sobre la situación», afirman algunos psicólogos.

Según la teoría del «mundo justo», necesitamos creer, a un nivel subconsciente, que el mundo es esencialmente un lugar ordenado. Pero si algo ocurre que desafía esa creencia, lo sobrellevamos con humor, bromeando sobre qué es lo que está interfiriendo con esa creencia básica.

La mejor terapia ante cualquier situación es reírnos, este simple y sencillo proceso libera, físico-químicamente, una miríada de beneficios para nuestro cuerpo, mente y espíritu. Nuestra capacidad natural-cultural nos lleva a hacerlo con mayor facilidad, ¿por qué no aprovechamos esta ventaja y nos reímos un poco más cada día? Podemos comenzar con sólo sonreír hasta que las carcajadas fluyan solas y naturales. No tenemos nada que perder y mucho que ganar.

¿Te imaginas a los gobiernos incluyendo entre sus planes de rescate, provisiones para que todos aquellos afectados por la crisis puedan hacer terapia de humor? No, claro, era broma.

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