Por Juan Ordóñez
Hablamos con profundidad de lo que significa “ser espiritual”, para no redundar mucho en el tema te puedo decir brevemente, que espiritualidad es simplemente una sensación de estar conectado con algo más grande que tu yo individual, ya sea que lo llames Dios, Diosa, Alá, inteligencia infinita, universo, o alguna otra cosa. Se trata de darnos cuenta que formamos parte de un todo y somos pieza importante de esa totalidad, es en esta comprensión que encontramos dirección y sentido en la vida. La espiritualidad no es lo mismo que la religión, puedes ser profundamente espiritual sin ser “religioso”.
Hay un montón de razones por las que la espiritualidad está asociada con mejorar la salud y calidad de vida. Por un lado, las personas que están en sintonía con su espiritualidad a menudo practican buenos hábitos, como no fumar o tomar, comer saludablemente, hacer ejercicio, pensar positivamente, orar, meditar, etc. Básicamente, las personas que encuentran un sentido positivo en la vida tienden a tener mejores perfiles de salud.
Además, cuando decides retomar tu camino espiritual, comienzas a relacionarte con personas afines, que te retroalimentan, por lo que mejoras tus relaciones sociales con “todos”, no sólo con los que piensan y sienten como tú. La investigación muestra que las personas que tienen una vida social activa tienen una menor incidencia de la enfermedad que aquellos que están aislados y se pasan la vida solos. Pero la relación que trae o recupera la salud en ti, es la relación contigo mismo(a), pues ese amor propio corrige las malas señales que se mueven en tus células, teniendo como resultado la transformación de cualquier malestar que se pueda estar experimentando.
Hay más de 1,200 estudios publicados en las principales revistas médicas que muestran una profunda conexión entre las prácticas espirituales con la salud y la longevidad. Ellos indican que las personas espirituales tienen una incidencia más baja en enfermedades importantes como ataques al corazón, cáncer, diabetes, etc. Y viven un promedio de 13.7 años más que aquellos que no siguen un camino espiritual.
Estos resultados también han influido en la forma de enseñar la medicina a los médicos en el futuro. En 1993, sólo tres de 125 escuelas de medicina en USA ofrecían cursos de la mencionada relación “espiritualidad y salud”. Ahora, más del 90% lo hace. Y por si fuera poco, en 1998, la Asociación Americana de Colegios Médicos comenzó a exigir que cada estudiante que se gradúa, sea capaz de mostrarle a un paciente, tras haber revisado su historial espiritual, que la mencionada relación existe y que no sólo las medicinas traen la salud.
Para ejemplificar mejor el hecho de que la espiritualidad mejora la salud, vamos a enfocarnos en la oración, ya que es una de las prácticas espirituales que más se utiliza y sobre la que más estudios se han elaborado. La oración es una de tantas formas de sanación a distancia, algunas personas usan la frase «intenciones de sanación», o hablan sobre el envío de buena energía. Muchas culturas tienen pruebas de la existencia de sanadores, personas que parecen ser bendecidos con un talento especial para la curación a través de diferentes “métodos”, entre ellos la oración. Ahora se sabe que todo el mundo tiene ese poder en algún grado, no sólo un grupo especial. Nuestras intenciones (pensamiento y emoción) se pueden manifestar en el mundo real.
Hay estudios que muestran que orar por alguien o enviar intenciones de sanación, pueden ingerir en la salud de dicha persona. Por ejemplo, estudios realizados con pacientes con SIDA han demostrado que cuando las personas oran por ellos, los pacientes tienen una menor incidencia de enfermedades relacionadas con su condición, como la neumonía y la encefalitis, por lo que tienen una tasa de supervivencia más alta.
Para muchos escépticos nada de esto sucede, que sólo es un efecto placebo de las personas que saben que otras, a su vez, están enviando las intenciones de sanación o teniendo una práctica espiritual. Sin embargo, estos resultados se han duplicado en animales e incluso en las plantas, lo cual deja una vía de prueba que no es por razonamiento. Incluso pruebas de laboratorio mostraron que en tubos de ensayo donde se proliferaba el crecimiento de bacteria, este disminuyó con la oración. Digo, no sé tú, pero hasta donde yo sé, a las bacterias no le importa que los científicos estén orando o no por ellas, y aún así funcionó de todos modos.
Muchos reconocidos doctores te podrán decir que en la escuela de medicina les enseñaron que los buenos y verdaderos médicos, no creen en nada de esto, es más, que era terriblemente poco científico y una vergüenza siquiera mirar hacia allá. Pero ahora eso está cambiando y están complacidos y convencidos de ello.
Una encuesta del 2004 de más de 1,000 médicos mostró que el 74% cree que verdaderos milagros han ocurrido, todos ellos derivados de prácticas espirituales. Y más del 50% dijo haber sido testigo en sus propios pacientes, en situaciones tales como la remisión espontánea en pacientes con cáncer. Yo tengo el gusto de conocer doctores que rezan o envían intenciones de sanación por sus pacientes y por ellos mismos antes de una cirugía. Esto me lleva a creer que hay más oraciones y/o intenciones de sanación en los hospitales, de las que ni siquiera nos enteramos.
Llevar o seguir una vida espiritual, no es tan difícil como piensas, pero sí requiere de una disciplina y disposición a aceptar que formas parte de un todo y no eres sólo un ser individual a la deriva en el inmenso mar. No importa que sea lo que hagas mientras te sientas tranquilo(a) y en armonía contigo y con todo lo que hay, la comunicación con tu ser interior hará la magia suficiente para que veas transformada tu vida y la de tu entorno cada segundo de tu existencia. No camines el camino espiritual sólo por salud y/o longevidad, camínalo por Ser, ser la mejor persona que puedas y mañana, aún mejor.