Por Juan Ordóñez

Hablar del equilibrio entre vida personal y laboral es considerado utópico por muchos. ¿A qué se debe esto? Pues a que vemos los roles de nuestra vida como entidades separadas, sin darnos cuenta de que somos uno.

No hay «Yo trabajador(a)», «Yo padre/madre», «Yo hijo(a)», «Yo estudiante», «Yo lo que sea», sólo hay YO. Somos el/la misma persona representando esos roles, no hay separación. Reflexionar acerca de esto, balancea la ecuación.

El hecho de que regreses a casa completamente agotado(a), sin ganas y por lo regular molesto(a), es porque dejaste todo representando tu rol de trabajador y no quedó nada para poner en practica los otros roles, que al considerarlos separados, los ves como una nueva tarea a realizar y pues ya no hay con que.

Como ves, es el enfoque y las formas las que traen el equilibrio e integración, no los roles. Aquí hay algunas ideas que te ayudarán a dar forma y equilibrio, logrando integración.

Deja de hacer muchas cosas a la vez.

Nos han hecho pensar que enfrascarnos en la «multitarea» es ser más eficiente, no es así. Estudios realizados en la Universidad de Stanford encontraron que las personas que constantemente son bombardeadas por diferentes tareas, no ponen atención, no controlan su memoria o cambian adecuadamente entre tarea y tarea, como lo hace el que termina una y empieza otra. Esta idea de hacer muchas cosas a la vez nos frustra, drena nuestra energía y genera malestar porque da la impresión de que nunca acabamos. Hacer una cosa a la vez, te da la satisfacción del trabajo terminado, sentimiento que equilibra, pues te permite ver que avanzas y no al revés.

Trae paz a tu espacio laboral.

Existen innumerables oportunidades para elegir paz en vez de estrés en nuestro día, sólo hay que saber escoger el momento. Ya que dejas de hacer muchas cosas a la vez y te enfocas en objetivo tras objetivo, puedes ocupar esos espacios entre tarea y tarea para leer un párrafo de algo que nutra tu ser, escuchar una canción que te relaje, escribir algo en tu diario o tu correo, también puedes ocupar tu tiempo de descanso en el trabajo o de comida para platicar con alguien de temas no relacionados con tu empresa o labor. Notarás que al hacer esto equilibras e integras a ese Yo fraccionado.

Se consciente.

Comienza a ser consciente de ti y del entorno, de tu postura, respiración, tus pensamientos/palabras para ti y para otros. Este simple acto de consciencia allanará el camino para esa integración y por ende equilibrio. Tal vez te parezcan ideas simples y sin sentido, pero al ponerlas en practica en conjunto, verás los magníficos resultados. Equilibrar trabajo y vida personal no es utopia es elección consciente, si no equilibras es porque no quieres. Repítete, «El cambio soy Yo» y se todo lo que puedes ser, se tú

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