Por Juan Ordóñez

La consciencia es la base de la realidad y se le define como la intrínseca relación entre conocimiento, percepción, comportamiento, lenguaje, cultura, interacciones sociales, entorno, medio ambiente, interacciones con la naturaleza y con tu biología. Pero para poner las cosas fáciles hagamos una analogía, la consciencia es como el internet, ahí se guarda toda la información para que después se accese a ella.

Lo lindo de esto es que aunque vasta y variada la información en la red, no todos accesan a la misma, dependiendo de cada persona y sus “intereses” (pensamientos y emcoiones), serán las páginas que visitarán, por eso hablamos de redes de consciencia, subredes dentro de la consciencia misma. Accesamos a ellas a nivel vibracional, dependiendo como andemos emocionalmente. Recuerda, la realidad se crea a través de nuestros pensamientos y emociones, por lo que para una vida favorable, debe haber, a nivel vibracional, sintonía (igualdad) entre pensamiento positivo y emoción positiva.

Ya que la consciencia es la base de la realidad, cualquier cambio en consciencia, automáticamente transformará la misma en todos los aspectos. A estos cambios se les conoce como evolución.

Y es por esto que todo en la vida tiene un panorama más amplio escondido detrás de un detalle o un hecho.

Traigo esto a colación, porque he leído últimamente, sobre todo en las redes sociales, como la gente hace alusión al ayer, como si fuera hoy y hago la aclaración de que este artículo no es a favor de ningún candidato, ni partido y sí a favor de un cambio de consciencia, de una evolución, pues como todos ustedes, que siguen mis artículos semana a semana saben, sólo trato de dar un punto de vista diferente, desde mi particular perspectiva.

Si todo lo anterior es abrigado por la mayoría de las personas y tan lo es que hablan de un “despertar de consciencia”, o al menos de estar despiertos, ¿cómo es posible que hagan comentarios acerca de “ellos no van a cambiar”, “no se nos olvida”, “será lo mismo de siempre”, y cosas por el estilo?. Digo, si hablo de cambio y no creo en la posibilidad de cambio, pues cómo.

Pero digamos que esos comentarios son verdad, entonces quiere decir que la subred de consciencia colectiva a la que más personas se están conectando es la desconfianza, frustración y enojo.

En días pasados tuvimos elecciones presidenciales aquí en nuestro querido México y alrededor de ellas se había fincado mucha expectación sobre todo acerca del resultado, ya que el clamor popular era “queremos un cambio”. Y ahora que se conoce el resultado, la cosa se puso más interesante.

Recapitulemos un poquito, después de varias semanas de hablar más acerca de lo “malo” de los contendientes y sus respectivos partidos, bajo una nube de dimes y diretes y supuestas pruebas que sustentaban tales dichos, todos los medios y particularmente las redes sociales, se inundaron con millones de comentarios acerca de los candidatos, en especial en contra de uno y sin marcar incidencia a favor de ningún otro realmente. (otro ejemplo de “pedir cambio haciendo lo mismo”)

La mayoría de dichos comentarios iban llenos de rabia, frustración y desconfianza. Algunos de ellos llevaban una carga de creatividad y humor, cabe señalar y otros notoriamente sesgados por agendas ocultas de los partidos políticos involucrados.

Dicha efluvia emocional, dio creación a varios movimientos juveniles, sobre todo de universitarios, uno en especial hizo mucho ruido y sobresalió de los demás hasta que literalmente absorbió a los otros, sin ser esa su intención. Los jóvenes de dicho movimiento expresaron de manera asertiva, palabras más, palabras menos: “estamos hartos, ya no nos vamos a dejar engañar, queremos un cambio verdadero” y ocuparon “N” cantidad de recursos para hacerse notar, logrando resultados importantes para no haber contado con ningún apoyo económico o difusión mediática patrocinada, como los contendientes a la presidencia, que al ver los logros y arrastré del movimiento, buscaban colgarse de estos chavos. Aquí si hubo un inicio de cambio, pero la falta de conocimiento personal de todos los involucrados los llevó a perder la esencia inicial y sucumbieron ante las emociones de la suma de los que se agregaron. (Otra cosa interesantísima).

En fin, ahora que ya existe una tendencia que da triunfo a uno, se sigue percibiendo la misma rabia, frustración y desconfianza. Las voces que se quejaban de inicio sin dar soluciones más que quejas y reclamos, ahora siguen quejándose y reclamando. Como ves, nada de cambio.

Hmmm, muy interesante, ¿no crees?

La gente clamó por una “realidad” de cambio y lo obtuvo de acuerdo a las emociones y pensamientos involucrados en las redes de consciencia. Este hecho nos prueba que en conjunto podemos ser factores de cambio, pero para que estos sean positivos, la chispa primaria debemos de ser nosotros. Uno a uno. (El cambio soy Yo y actúo acorde). Lo que vivimos en esos días y se sigue viviendo es sumamente relevante para que sí obtengamos el cambio que queremos, para que sea permanente, para que evolucionemos. Para que modifiquemos las redes de consciencia acorde.

Cambiar, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española significa: “Convertir o mudar algo en otra cosa, frecuentemente su contraria”.

¿Estamos realmente haciendo esto, convirtiendo algo en otra cosa? No lo creo, se sigue avivando el fuego de la desconfianza, la rabia y la frustración. Y eso no es “culpa” de nadie, es responsabilidad personal. Para que logres ver un cambio fuera de ti, lo debes de percibir primero en ti.

Y para llegar a ello debemos comenzar por preguntarnos con mucha honestidad: ¿qué puedo hacer YO hoy y que sólo depende de mi, para dejar de sentir esta rabia, frustración y desconfianza? Porque no es culpa de nadie, el(la) que siente eso eres tú. Responder esta pregunta te pondrá en el asiento del conductor que te llevará a generar ese cambio en ti, un cambio tan radical y permanente que prevalecerá y permeará a otros. Eso es evolucionar.

Es correcto expresar tu inconformidad siempre y cuando no lastimes o molestes a otros, pues estarías haciendo lo mismo que las personas o circunstancias de las que te quejas. Fíjate si no: Si te quejas porque hay violencia y agredes a otros o a ti mismo(a) con acciones o palabras, no hay cambio. Si te quejas de la corrupción y das “mordida” porque te pasaste un alto, cuando de entrada deberías de haber respetado la señal, no hay cambio. Si te quejas por la dehonestidad de quien sea y le mientes a tus hijos, esposa(o), jefe, o compras piratería y lo peor, te mientes a ti mismo(a), etc. NO HAY CAMBIO.

Aprovecha este momento crucial, no en nuestro país, si no en ti, para subir información de valor a las redes de consciencia y lograr evolucionar. Los sucesos son lo de menos, no te vayas con la finta, la respuesta la tenemos cada uno de nosotros, vayamos hacia adentro que con esta acción, lo de afuera se compondrá.

Hay de cambios a cambios, los que normalmente no duran por su superficialidad, o los que te llevan a evolucionar y son permanentes, dada su profundidad. Repítete, “El cambio soy Yo” y evoluciona tú, que el mundo te seguirá.

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